La psicología transpersonal surge de la conocida como psicología clásica. Este espacio nace de la necesidad de posicionar nuestro interior y en especial nuestras emociones en el lugar donde necesitan estar. Es un acompañamiento profundo, con amor y de escucha consciente, se acompaña al cliente/consultante hacia la trascendencia y comprensión de cualquier conflicto o crisis.
Transpersonal significa “más allá de la persona”, esto quiere decir que esta técnica aborda el ego, las emociones, el cuerpo, los pensamientos, las creencias, etcétera, sabiendo que lo que somos,no se limita sólo al cuerpo o el ego. En el contacto con la persona se buscan los patrones condicionantes creados en la infancia y los programantes de nuestro árbol genealógico. Cuando comienza la re-programación, la persona comienza a ver las crisis como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, creando nuevos patrones que desembocarán en un Yo futuro íntegro, profundo y consciente.
La siguiente etapa construye una relación consciente entre la mente pensante y la identidad esencial o transpersonal, reconociéndose como el Ser que observa y atestigua la experiencia vital. En esta fase, surgen los dos pilares de la terapia transpersonal, la observación y la escucha consciente.
“Cuando me atrevo a mirarme de forma transpersonal, consigo ver la vulnerabilidad humana, lo que no significa que sea débil, sino un ser completo y en paz”
La terapia transpersonal unifica el Ser con la persona: Atraviesa el personaje, se introduce más allá del ego y conecta directamente con la Identidad Esencial. Es una profundización que busca integrar y aceptar para así, desarrollar el máximo potencial humano.
La psicología transpersonal estudia los movimientos de la psique en conexión con nuestra identidad, para ello usa técnicas y métodos para identificar el ego, las creencias limitantes y trascenderlo para el crecimiento personal y la expansión de conciencia.
El Terapeuta Transpersonal, es aquel acompañante que intenta ayudar al individuo a lograr niveles superiores de salud psicológica, a desarrollar su capacidad de hacerse responsable de sí mismo, de sus relaciones, y experiencias, sin culpabilizar al entorno por lo que le sucede; comprendiendo y tomando a la “adversidad” como oportunidad de cambio y desarrollo personal.
El Terapeuta Transpersonal, será quien lo acompañe a observar sus patrones mentales, que son la causa de su malestar, y lo capacitará para que pueda satisfacer de manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físicas, emocionales, mentales y espirituales, aprendiendo a conectar con su dimensión trascendental.
No se busca solucionar problemas, dolencias particulares (aunque se los toma en cuenta, se los trabaja e integra), sino que se busca capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin miedo al proceso de crecimiento natural; con lo cual, la crisis es vista como una oportunidad de cambio y de autocuración, desarrollando una consciencia transpersonal.
Las técnicas utilizadas, se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, buscándose la integración de los distintos aspectos físicos, emocionales, mentales, y la trascendencia hacia el nivel espiritual, del ser; desplazando los intereses personales desde su ego hacia valores superiores como son la compasión, el amor a los demás seres vivos, el desarrollo de la creatividad, etc., produciéndose cambios en su nivel evolutivo, accediendo al siguiente peldaño de la evolución: la supraconsciencia.
El terapeuta Transpersonal, tiene un compromiso profundo con su propio crecimiento personal y espiritual.
TÉCNICAS DE LA TERAPIA TRANSPERSONAL
La Terapia Transpersonal, es como un «yoga integral», porque abarca los distintos planos de la existencia:
Físico: alimentación sana, consciente, ejercicios físicos y de respiración.
Emocional: relaciones conscientes, ejercicios de respiración, relajación, visualización.
Mental: reflexión, atención consciente, actualización de capacidades.
Espiritual: trabajar en la expansión de la consciencia, en el desarrollo del «darse cuenta», del «estar presente»; Meditación Zen; Yoga o Tai Chi; atención sostenida y la vocación de servicio a otros seres.
En cada etapa hay un entrenamiento de técnicas, algunas de ellas son:
Respiración consciente: es la puerta de entrada a la relajación, se hace profunda y permite entrar en zonas de la mente y observar lo que sucede..
Relajación: sus beneficios, se observan tanto en el plano fisiológico,como en el plano psíquico y espiritual. Fuente de vitalidad. Favorece una actitud de paz interior, equilibrio y ecuanimidad.
Atención Plena: se trata de tomar consciencia de cada instante, cultivando la capacidad de estar atento al momento presente, al aquí y ahora, deteniendo los automatismos, las reacciones automáticas, mecánicas. La práctica nos ayuda a canalizar nuestra propia energía en momentos de tensión.
Regresión: para llegar a la raíz del problema, de los patrones de conducta que traen conflicto. Se utiliza para revisar la biografía oculta, sacando a luz los hechos inconscientes que han afectado y afectan a la salud física, psicológica y emocional. Nos da información a cerca del origen de las limitaciones,miedos, bloqueos o enfermedades físicas, y nos permite actuar sobre ello, modificándolo.
Sanación del niño interior: el niño interior es una identidad que convive con el adulto y el padre que todos poseemos dentro, y que tienen características inherentes a la inocencia, cierto desamparo y a la permeabilidad de cualquier inducción. Este ejercicio, ayuda a superar la inseguridad endógena, la carencia afectiva, desamparo, necesidad de aprobación y protección.
Técnica perdón con los padres: el perdón tiene un poderoso efecto sanador, la compasión, la comprensión y el reconocimiento, aportan un sentimiento de serenidad y paz profunda, ayudando a sanar rencores y emociones tóxicas.
Ejercicios de identificación con la consciencia testigo: muy recomendado para descondicionar la mente de los pensamientos, cuando la persona desea trascender el ego racional a una realidad espiritual, que no tiene que ver con la moral, dogmas, ni esperanzas de amparos en el más allá.
Meditación Zen: observar el devenir de los pensamientos, sensaciones, respiración, sin identificarse….
La psicología transpersonal considera temas como:
Las experiencias cumbres (que —según el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970)— son estados de interconexión y unificación espiritual),
Experiencias místicas,
Trances sistémicos y
Experiencias metafísicas de vida.
Si bien los caminos que se pueden tomar a partir de esta síntesis son varios (dependiendo de las concepciones psicológicas y espirituales que se integren), el objetivo principal de la psicología transpersonal sería que los seres humanos trasciendan el sentido de sí mismos, para lograr identificarse con una conciencia mayor.
El psicólogo estadounidense Ken Wilber (1949-) distingue tres niveles en el desarrollo de esta conciencia:
El nivel prepersonal: es el momento de desarrollo en que los seres humanos aún no tienen conciencia de su mente (bebés pequeños, que todavía no tienen una teoría de la mente)
El nivel personal: que se alcanza cuando el niño toma conciencia de que es una persona que piensa, diferente a otros.
El nivel transpersonal: el nivel que se alcanza por medio del desarrollo espiritual, y que consiste en trascender la identificación con el cuerpo y la mente, para alcanzar un nivel de conciencia mayor.