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Psicología y Coherencia

¿PORQUÉ DUELE EL AMOR?

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«Si duele, no es amor, pero, entonces, ¿Qué es? Porque a mí me duele»

Todos los profesionales de la psicología tenemos claro que el amor no duele, pero hay personas que experimentan amor, amor real y aún así, sienten dolor. Es cierto que, el concepto de amor, está muy apartado de su verdadero significado y confundimos el apego, la dependencia, la comodidad, la necesidad o el cariño, con amor. Sin embargo, ya hay muchos escritos sobre la dependencia emocional que nos lleva a confundir ese anhelo de afecto con el amor, pero, ¿Qué ocurre con las personas que sí son conscientes de que aman a su pareja y sienten dolor?

El psicólogo John Gray, en su libro, Los hombres son de marte, las mujeres son de venus, explica porqué el amor, en las relaciones de pareja, duele. Cuando estamos con una persona con la que compartimos nuestra intimidad, aquello que no le mostramos a nadie más, nos vulnerabilizamos. Con esta apertura emocional, se da el entorno perfecto para sacar a la luz historias personales no resueltas, con el fin de darles solución. Muchas veces, los conflictos de pareja, no son con la pareja, sino con una historia no resuelta que proyectamos a través de la pareja. En esa unión y, sobre todo, cuando hay amor real, la calidad del reflejo de esas historias es muy potente y el espejo nos muestra nuestra más profunda oscuridad.

Generalmente, no tenemos la apertura mental y la conciencia preparada para separar a la pareja, de mis historias inconscientes, sino que todo se da mezclado y acabamos reaccionando emocionalmente de forma subjetiva, porque percibimos el presente manipulados por el pasado. De este modo, se puede amar y sentir dolor, pero no significa literalmente que el amor o la relación en sí, sea la causante de dolor. Más bien, la relación es un catalizador para que cada uno trascienda individualmente sus conflictos ocultos a través del otro.

¿Cómo gestionamos este dolor?

En mi experiencia, he observado y vivido que la única forma para gestar una buena relación de pareja es trabajando la relación. Hoy en día, las relaciones son muy débiles, a la primera piedra en el camino las relaciones se rompen y no tienen intención de que vaya a ser diferente con la siguiente persona. Tenemos la creencia ilusoria de que encontraremos a alguien que encaje perfectamente en nuestra vida y nos cuesta varias relaciones o muchos conflictos de pareja, darnos cuenta de que las relaciones se trabajan.

¿Qué es trabajar la relación?

Trabajar la relación tiene dos aspectos fundamentales. En primer lugar, dedicarle tiempo a la pareja, establecer los valores, compromisos y normas de la relación, siempre con ambos individuos de acuerdo y, en segundo lugar, el desarrollo personal. Este último es el más importante. Si uno está bien consigo mismo estará bien con la relación. Gestionar esas historias que se nos despiertan, el ego y las necesidades afectivas no cubiertas, le da a la otra persona la libertad de elegirnos si así lo siente y, de igual forma, nosotros a la pareja.

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El poder de la decisión frente al dolor

El amor no duele, lo que duele es resistirnos al poder curativo del amor. Ese fuego interno de amar a una persona te lleva frente a los demonios ocultos para iluminarlos. Sin embargo, esto no significa que estemos con quien estemos, si trabajamos la relación, va a funcionar. El pilar de una buena relación está dentro de uno mismo. La capacidad de darse valor propio, ser coherentes, ser consciente de quien somos y de quien queremos ser, nos llevará a entrar en la vida de otra persona como seres completos y no a trozos. Puede ser que te encuentres en una relación donde tú tengas que trabajar mucho internamente y el otro, tenga más camino realizado. Puede ser todo lo contrario. Y, también, que tú quieras trabajar la relación y la otra persona no quiera, o viceversa. Estas cuestiones existen y forman parte del desarrollo personal y de las relaciones. Ya que, la relación, siempre es cosa de dos y si uno no elige al otro, tarde o temprano, habrá problemas.

«No te necesito, te elijo«

La decisión nos hace conscientes de que no necesitamos a la otra persona, de que a pesar de todo bueno y todo lo malo, la elijo. Esa decisión es muy poderosa, implica no juzgar, ni entrar en reproches, ni manipulaciones o chantajes. La próxima vez que tu pareja hace eso que no te gusta y ya se lo has expresado, pero sigue haciéndolo, decide: la amas y sonríes, o te alejas de la relación. Si no tomamos una decisión de este calibre y, lo más importante, lo llevamos a la acción. El día de mañana pensarás que el amor duele y te lo creerás, porque es más fácil sufrir que darnos cuenta de que nosotros estamos metiendo la mano en el fuego, a sabiendas de que quema. Muchas veces, el dolor, es por empeñarnos en que una relación funcione, cuando internamente, sabemos que no es lo que queremos.

Si tienes pareja tienes un tesoro, una oportunidad de crecimiento personal muy grande, pero eso no significa continuar o no la relación. En algunos casos, sanar las historias inconscientes y separar el dolor del amor, necesitará un paso al frente para conquistar a tu pareja, pero en otros casos, será un paso al frente para dejar la relación. Como dice Silvia Congost, si unos de los dos no está dispuesto a trabajar la relación, es mejor salir de ahí. Walter Riso también lo tiene claro: si alguien duda de si te ama o no te ama, es que no te ama.

Por lo tanto, el amor, no duele, pero una relación de amor puede sacar a la luz el dolor oculto. Si trabajamos nuestro mundo externo y nuestra relación, podremos vivir amor, sin dolor.

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