Para saber qué significan las lágrimas, tenemos que ver que no siempre lloramos por el mismo motivo. A veces se llora por alegría, tristeza o agradecimiento, por ejemplo. En nuestra vida podemos encontrar momentos que nos estremezcan de tal forma que necesitemos expresar nuestras emociones de alguna forma que libere la energía de esa sensación. Cuando las palabras no pueden salir, una de esas formas de liberación la encontramos a través de las lágrimas. Generalmente las identificamos como algo triste, aunque en realidad, sabemos que la sonrisa más pura nace después de la lágrima más dolorosa. Incluso en momentos de tremenda emoción y felicidad necesitamos llorar de alegría para expresar nuestra emoción. En nuestra sociedad se ha censurado en cierto modo el hecho natural de llorar, sobre todo al polo masculino de nuestro interior, como si ser fuerte significase no llorar.
Las lágrimas brotan cuando abrimos la puerta donde encerramos nuestras emociones, aquello que nos encanta y aquello que nos duele profundamente. De hecho todos hemos experimentando que conforme íbamos llorando y sacando esas emociones de alguna forma, algo dentro de nosotros comenzaba a calmarse y a encontrar una calma, porque las lágrimas son sanadoras y ayudan a liberar tanto información consciente como inconsciente que perdura a través del espacio y del tiempo en las conductas que tenemos, los secretos, los sueños, las historias pasadas… Cada vez que nos permitimos llorar estamos cambiando, literalmente, la información molecular de nuestro cuerpo y, al estar conectados con todo el universo, estamos enviando información a cada ser de esta existencia. Por ello te invito a que si sientes llorar te lo permitas y que no te juzgues diciendo que «ya he llorando mucho» o que «esa persona no se merece que llore por ella», en realidad las lágrimas son para ti, es la información de la lágrima la que lo cambia todo. Y conforme expresas esas emociones te vas quedando en calma, porque algunas veces necesitamos pasar el proceso de llorar para aceptar lo que nos está ocurriendo y entonces, volver a levantar la mirada y seguir nuestro camino.
Las lágrimas brotan cuando abrimos la puerta donde encerramos nuestras emociones, aquello que nos encanta y aquello que nos duele profundamente. De hecho todos hemos experimentando que conforme íbamos llorando y sacando esas emociones de alguna forma, algo dentro de nosotros comenzaba a calmarse y a encontrar una calma, porque las lágrimas son sanadoras y ayudan a liberar tanto información consciente como inconsciente que perdura a través del espacio y del tiempo en las conductas que tenemos, los secretos, los sueños, las historias pasadas… Cada vez que nos permitimos llorar estamos cambiando, literalmente, la información molecular de nuestro cuerpo y, al estar conectados con todo el universo, estamos enviando información a cada ser de esta existencia. Por ello te invito a que si sientes llorar te lo permitas y que no te juzgues diciendo que «ya he llorando mucho» o que «esa persona no se merece que llore por ella», en realidad las lágrimas son para ti, es la información de la lágrima la que lo cambia todo. Y conforme expresas esas emociones te vas quedando en calma, porque algunas veces necesitamos pasar el proceso de llorar para aceptar lo que nos está ocurriendo y entonces, volver a levantar la mirada y seguir nuestro camino.
Qué significan las emociones de las lágrimas
Cada vez que lloramos nos estamos amando, respetando, protegiendo, valorando y escuchando, y desde lo profundo de nuestro interior, emana una vibración que limpia nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. De hecho, Un descubrimiento que ha estudiado las lágrimas ha observado que la forma que tienen los cristales microscópicos tiene relación directa con el motivo por el cual son derramadas. Podemos apreciar que las de tristeza no son iguales a las ocasionadas por la cebolla o las de dolor, por ejemplo. Las lágrimas tienen cristales que se transforman dependiendo de la vibración (intención) con la que estas se expresan.
Rose-Lynn Fisher, directora del estudio, se preguntó si sus lágrimas de dolor se verían diferente que sus lágrimas de alegría, así que empezó a estudiarlas con con un microscopio. Observó más de 100 lágrimas diferentes y encontró que las lágrimas basales (las que nuestro cuerpo produce para lubricar los ojos) son drásticamente diferentes que las lágrimas que se producen cuando estamos cortando una cebolla. Las lágrimas que se producen a partir de la risa ni siquiera están cerca de las lágrimas de dolor.
Su proyecto se llama La topografía de las Lágrimas y las describe de la siguiente manera:
«Las formas aleatorias que veo en las lágrimas aumentadas, a menudo parecen evocar un lugar, como si fueran vistas aéreas de un territorio emocional. Aunque la naturaleza física de las lágrimas es una combinación química de agua, proteínas, minerales, hormonas, anticuerpos y enzimas, la topografía de las lágrimas es un paisaje momentáneo, efímero como la huella dactilar de alguien en un sueño. Esta serie es como un atlas efímero.»«Revisando las vistas microscópicas, me maravillo por las similitudes entre los ámbitos micro y macro, por cómo los patrones de la naturaleza parecen tan constantes, a cualquier escala. Las marcas de erosión grabadas en el suelo a lo largo de millones de años pueden ser muy similares a los diseños ramificados cristalinos de una lágrima que tardó menos de un minuto en evaporarse.»«Las lágrimas son la expresión de nuestro lenguaje más primario en momentos tan implacables como la muerte, tan básicos como el hambre y tan complejos como un rito de iniciación. Son la evidencia de nuestra vida interior cuando traspasa los límites desbordando hacia la consciencia. Sin necesidad de palabras y espontáneas, nos ofrecen la posibilidad de recuperarnos, de reencontrarnos, de alcanzar una catarsis: derramar lágrimas, mudar de piel. Es como si cada una de nuestras lágrimas llevase en sí un microcosmos de la experiencia colectiva humana, como una gota de un océano.»
De igual forma podemos deducir que si nuestras lágrimas cambian su información a través de la vibración y las intención con la que salen, el agua de nuestro cuerpo e incluso el agua del planeta tiene su propia información, tanto individual como colectiva. Desde este punto también encontramos el camino del revés, es decir, cargar el agua con una información concreta, como nos muestra los descubrimiento de Masaru Emoto con el cambio molecular del agua.
Cada vez que lloramos estamos expresando la vida desde una expresión humana, emocional y en la mayoría de los casos, necesaria para poder terminar de cerrar, o procesar ciertas experiencias que nos ocurren, que gracias a este descubrimiento, sabemos que realmente cambian nuestra vibración y por lo tanto, nuestra vida.
Aquí podemos ver unas fotos desde el microscopio:
Cada vez que lloramos estamos expresando la vida desde una expresión humana, emocional y en la mayoría de los casos, necesaria para poder terminar de cerrar, o procesar ciertas experiencias que nos ocurren, que gracias a este descubrimiento, sabemos que realmente cambian nuestra vibración y por lo tanto, nuestra vida.
Aquí podemos ver unas fotos desde el microscopio:
Lágrima en un momento de Euforia Lágrima en un momento de Recuerdo
Lágrima en un momento de Dolor
Lágrimas de posibilidad y esperanza
Lágrimas de liberación
Lágrimas de reencuentro esperado
Lágrimas de reír hasta llorar