EL SUICIDIO TAN SOLO ES UNA OPCIÓN
Algunas veces se nos pasa por la cabeza que el suicidio es una opción cuando la vida se vuelve difícil en el intento de escapar de todo lo que sentimos, aunque no sea una solución. Nos sentimos tan superados por aquello que nos rodea, que nos sentimos impotentes e incluso víctimas de nuestra propia vida. E incluso nos castigamos y nos sentimos culpables de pensar tan solo en la posibilidad de dejar este mundo. Cuando llegamos a esta línea que limita nuestra fuerza con ese: «no se que más puedo hacer», es momento de reinventarse, de evolucionar y cambiar ciertos aspectos de nuestra vida que nos están generando más problemas que alegrías. Aunque sé que la desilusión es tan inmensa, que no parece haber ninguna motivación por la que vivir. Nos cuesta ver que el simple hecho de estar vivo podría ser suficiente motivación, pero nos llenamos de expectativas que acaban en sueños rotos, soledad y sufrimiento.
Si estás en un momento así, me gustaría recordarte que estás en esta vida por elección propia, aunque se te ha olvidado, estás plenamente capacitado para experimentar la complejidad que algunas veces acontece y no puedes vivir absolutamente nada que no estés totalmente preparado para vivir. Nuestra educación nos enseña a memorizar, no a sentir o ha pensar, por eso parece tan complicado vivir la vida. Sé que algunas veces pareciera que la vida nos asfixia y las emociones que nacen ahí nos hunden, y por más que pedimos ayuda, la vida parece ignorarnos. Pensemos que la vida no nos da lo que pedimos, sino según somos por dentro. Por mucho que tratemos bien a todos los demás y por ello nos consideremos buenas personas, si eso significa tratarnos mal a nosotros mismos, no ser honestos, o hacernos daño, la vida seguramente nos muestre lo que nos estamos haciendo, porque todos somos uno y tú, como todos, también es digno del amor, la compasión, el perdón, la ayuda… El sacrificio no nos hace mejores personas, es como beberte un veneno y esperar que sea el otro quien se muera.
Por un instante, permítete ahora abrirte a sentir aquello de lo que intentas huir de la vida y cesa la eterna lucha contra ti mismo. Sientes que el dolor te supera, parece interminable, pero te aseguro que lo que agota es la batalla para no sentir el miedo, el dolor, los celos, la envidia, la culpa, el odio, la tristeza, el asco, la impotencia, el estrés, la tensión, la apatía… por el sencillo hecho de que pensamos que todo esto es malo y nos castigamos por sentirlo.
No se trata de rechazar estas emociones, sino de acogerlas y sentirlas. Cuando luchamos contra las emociones, necesitamos generar un miedo, por lo tanto, cuando las vamos a sentir el miedo aumenta considerablemente, aunque no nos vaya a ocurrir nada. Sin embargo, si sentimos estas emociones acogiéndolas, al final entraremos en una especie de quietud, porque la intensidad de esas emociones se irá diluyendo según uno se permite sentirlas. Entonces ya no seremos el resultado del esfuerzo por no sentir esas emociones, sino los observadores de las sensaciones que fluyen a través de nuestra existencia. Y eso no significa no sentir, por ejemplo, el dolor de ver a un hijo cogiendo un mal camino y no poder hacer nada para evitarlo, el dolor de ver a un ser querido irse de nuestro lado, o el dolor de sentirnos solos aunque estemos acompañado… sino sentirlo desde un estado completamente diferente, donde asumo que estas sensaciones forman parte de la experiencia que vivo.
La lucha contra lo que sentimos por pensar que es malo, es un rechazo directo hacia nosotros mismos y entonces ahí, una de las opciones podría ser el suicidio, por parecer la «salida», aunque no lo sea. Si dejamos de luchar y nos encontramos con aquello que existe detrás de nuestra lucha y nuestras emociones, nos encontraremos con nosotros mismos y despertaremos a una nueva forma de ver y sentir el mundo, hacia un nuevo estado de conciencia, donde, aunque todo siga igual, es completamente diferente.
El suicidio ni es bueno, ni es malo, es una opción, aunque dolorosa, pero no es una salida y siempre, en cada instante, habita la oportunidad de cambiarlo todo. Recuerda que estás vivo, ¿sabes la complejidad de lo que esto significa? No te conformes tan solo con sobrevivir, coge las riendas de tu caminar como responsable de lo que experimentas y despierta a la vida que eres en la esencia de tu corazón, pide ayuda si lo necesitas, ríe cuando puedas, llora cuando lo sientas, sé libre.
Poema de Mario Benedetti
NO TE RINDAS
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
no te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Héctor Ibáñez