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Psicología y Coherencia

LA CONCIENCIA DE UNIDAD O MENTE HOLISTICA

Hace tiempo que pienso en cómo expresar con palabras lo que significa sentir la conciencia de unidad o la mente holística. Esta unidad de conciencia es una experiencia y sentir personal, con tres puntos que reflejan mi inconsciente y patrones internos: el mundo que veo y siento, las relaciones en general y las relaciones de pareja.
 

Le mente Advaita o Mente Uno

 
Se ha separado al mundo del propio ser. Miro el «exterior» como si nada tuviera que ver conmigo. Lo juzgo, tengo pensamientos sobre él, tengo sentimientos que lo sustentan y divide la vida en cosas «buenas» y «malas», porque tengo experiencias pasadas que reafirma mi posición, pero también me mantienen separado de mi presente. El síntoma o sensación más claro de que vives en una mente dual, es una sensación que todos hemos tenido alguna vez: Soledad.
 
Me quedo en mi habitación solo, en silencio, atado a las redes sociales, con una sensación que me angustia y oprime el pecho. Esta sensación me hace sentirme pequeño, insignificante en este mundo, dueño de poco más que mi aliento y víctima de lo que llamo: «los golpes de la vida». 
Para la mente holística la soledad no existe. Es consciente de que cada pensamiento, cada emoción y cada acto, tiene una vibración, una resonancia, un sonido que como una onda en un lago, se expande por toda la matriz a través de lo invisible a los ojos del cuerpo, pero no del alma.
El mundo es como una pantalla de cine, lo que veo en ella es mi propia película, mi propia verdad. Soy un fractal de consciencia colapsado en una conciencia concreta que no para de experimentarse a sí misma en diferentes estados.
Cada vez que juzgas lo que ves, te estás juzgando a ti mismo. La educación ha enseñado que debemos juzgar lo que vemos para saber si lo que veo es bueno o malo. La mente holística no ve algo bueno o algo malo, sencillamente ve reflejos y resonancias, aspectos complementarios de un todo. Si veo algo que siento «malo», quizás estoy vibrando en algún punto de mí desde una posición que no es coherente conmigo mismo y no me gusta.
 
Ahora la mente dual se pone a la defensiva, piensa que esto no puede ser real, «cómo voy a crear yo todas esas hambrunas, guerras, luchas, sufrimientos, asesinatos, etc». Atención a esto, porque es la única barrea que me separa de la mente holística. La razón por la que la mente dual se pone a la defensiva y justifica que esto no es real por lo que ve en el exterior (sintiéndose separado de lo que ve) es: el Miedo.
 
El miedo es el caldero mágico y las llamas de la mente dual, que nos hace cocinar a fuego lento desde nuestra pequeñez, porque aceptar que, sí, he tenido pensamientos llenos de rabia, destrucción, he pensado en robar, he pensado en matar a alguien, he humillado con mis palabras alguna vez, me he doblegado ante alguien con impotencia, he atacado a un ser que me ama por desahogarme… esto es lo que mantiene a todo separado, pero el ingrediente que puede solucionar toda esta quimera de sufrimiento, es la Honestidad.
 
La honestidad es la llave maestra para la mente holística, cuando acepto mis pensamientos sin juzgarlos, mis sentimientos y mis actos, estoy dando un mensaje muy potente: «Soy mucho más de lo que pienso y siento». Cuando siento rabia por algo que estoy viendo en mi realidad, voy a probar a ser honesto conmigo mismo, voy a sentarme a sentir rabia, a observar qué me ha activado la rabia, qué es aquello que no acepto de mí mismo y me produce rabia. Ya no voy a evadirme de lo que siento, voy a coger mi responsabilidad y trascender aquello que me hace daño. Voy a tomar consciencia honestamente, porque cuando observo o atestiguo (pongo luz) allí donde nunca se había mirado (oscuridad), automáticamente, se transforma.
 
La mente dual tiene muchas formas de mantenerte atado y comprendo que es complicado aceptar muchas veces el miedo, piensas que te hace débil, sin embargo reconocerlo te hace libre. Cuando te liberas del miedo, tú propia luz, libera a otros. El mundo, la vida, el universo… conspira para que tú estés en paz, pero para ello has de quitar las barreras que has colocado en contra del amor, tienes que desaprender lo que un día nos sirvió para entender el mundo, que fue separarlo todo. Ahora es momento de unificar y crecer. Y es que al final, la salida siempre estuvo dentro.
 
Te invito a que te preguntes:
  • ¿Desde donde observo el mundo?
  • ¿Qué veo y qué quiero ver en el mundo?
  • No te preguntes «cómo» se hace, porque si tienes claro desde dónde miras y qué quieres ver, el cómo llegará por sí solo.

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