Skip to content
Psicología y Coherencia

«No sé qué hacer con mi vida» – ¿Qué podemos hacer en estos casos?

Todos nos encontramos, en algún punto, cara a cara con la incertidumbre, preguntándonos qué hacer con nuestras vidas. Esta situación de «no sé que hacer con mi vida», puede parecer desalentadora, pero en el marco de la psicología humanista y transpersonal, representa una oportunidad para el crecimiento y la autorrealización.

Hay edades clave en estas sensaciones, los 18, los 30 y los 40 años, son edades clave en estas emociones, aunque puedes sentirse así en cualquier momento. Muchas personas se sienten así cuando cumplen 18 años, si este es tu caso quiero decirte que entiendo que puedas sentirte perdido y confundido en este momento de tu vida. A los 18 años, puedes sentir una gran presión para tenerlo todo resuelto. Pero quiero que sepas que está bien no saberlo. Es más, es completamente normal.

La vida es un viaje, y al igual que en cualquier viaje, a veces puedes perder de vista el camino. Pero esos momentos de incertidumbre también pueden ser una oportunidad para detenerte, mirar a tu alrededor y preguntarte: ¿Quién soy realmente? ¿Qué es lo que amo? ¿Qué tipo de vida quiero vivir? ¿Quién quiero ser?

A tu edad, tienes una vida llena de posibilidades frente a ti. Así que en lugar de ver esto como un callejón sin salida, intenta verlo como una gran oportunidad. Cada camino representa una elección, una oportunidad de explorar algo nuevo. Y aunque no puedes ver hacia dónde lleva cada camino, cada uno te ofrecerá lecciones y experiencias valiosas.

Quizás un primer paso práctico podría ser hacer una lista de tus intereses, pasiones y valores. No tienes que pensar en términos de carreras o títulos, sólo considera lo que realmente disfrutas y lo que te importa.

Otra estrategia puede ser probar cosas nuevas. Podrías hacer un voluntariado, tomar una clase de arte, unirte a un club deportivo, o incluso viajar si tienes la oportunidad. Cada experiencia nueva puede darte una nueva perspectiva sobre ti mismo y sobre lo que quieres de la vida. Y si te equivocas no pasa nada, en la vida el error siempre nos enseña y una vida sin errores es una vida no vivida.

Para gestionar esa sensación, primero debemos tener en cuenta que, pese a ser una sensación incómoda y que fácilmente nos lleva a la tristeza y a la desidia, en muchos casos, se puede considerar «normal». Entendamos aquí como algo normal el contexto donde las personas llegamos a un punto donde necesitamos un cambio. Generalmente, este cambio lo buscamos fuera, pero he aquí el punto clave, el cambio está dentro.

El dilema existencial: Un viaje personal

Con 30 o 40 años, la duda e incertidumbre acerca de nuestro propósito en la vida, o que hacer en el ámbito profesional, o la necesidad de «dejar huella» y sentirnos parte de algo mayor, son eslabones de estos sentimientos existenciales. Estos momentos pueden ser desconcertantes, pero también pueden ser una puerta hacia un profundo autoconocimiento y crecimiento. ¿Porqué sentimos estos? Aunque no habría una respuesta absolutista para todos los casos, generalmente, es una necesidad de cambio.

Cabe diferenciar si se trata de una necesidad del ego o del corazón, siendo el ego un cambio caprichoso y que nos terminará aburriendo con el tiempo, y el corazón, un cambio más a largo plazo, que sin saber muy bien porqué, necesitas hacer. Una manera de pillar al ego, es que este busca un «postre emocional». Es decir, una descarga rápida y fácil de dopamina que nos haga sentir placer. Algo dulce y gustoso que nos de es pequeño estallido de éxtasis. Si este no lo controlamos, seremos impulsivos, caprichosos e infantiles, huyendo de compromisos y responsabilidades. El corazón, trabajaría en el equilibrio, entre un exceso de disciplina y una personalidad infantiloide. Esto es algo que se aprende paso a paso.

Piensa en un corredor de maratones. Antes de cruzar la línea de meta, debe enfrentar la temida ‘pared’ (The Wall), un punto de agotamiento extremo. Muchos atletas describen este momento como uno de los más desafiantes, pero también uno de los más reveladores. Aunque el cuerpo puede querer rendirse, es la mente la que debe convencerse de seguir adelante.

Similarmente, la sensación de estar perdido en la vida puede ser esa ‘pared’. Puede ser un desafío, pero también una oportunidad para dar un salto hacia delante y profundizar en nosotros mismos, nuestros deseos y valores más profundos. En lugar de verlo como un callejón sin salida, podríamos verlo como un laberinto que nos lleva a un conocimiento más profundo de nosotros mismos.

En muchos casos, el ego nos llevara a no querer hacer nada con nuestra vida, cuando no quiero hacer nada con mi vida, pasamos una rebeldía frente al mundo, sencillamente, porque este no nos gusta. Sin embargo, es un poco osado no querer vivir algo que todavía no estamos viviendo al 100%. Nos limitamos por nuestras expectativas y miedos, por esas necesidades del ego caprichoso. Rompe esa negación a actuar, aprende a sentirte frustrado, enfadado, decepcionado… no pasa nada y en la medida que aprendas a relacionarte contigo mismo cuando sientes esto, no caerás en la depresión o en la resignación de rendirte a la vida.

La visión de la psicología humanista

La psicología humanista sostiene que cada individuo posee un potencial intrínseco para el crecimiento y la autorrealización (Rogers, 1951). Esta perspectiva nos anima a reconocer y explorar nuestras emociones y pensamientos en lugar de evitarlos. Se pretende indagar y asumir lo que sentimos, en vez de anestesiarlo con redes sociales o pasatiempos. En una llamada a la acción pasiva se mirarse internamente para decidir hacia donde navegar.

Entonces, ¿qué hacer cuando no sabes qué hacer con tu vida? El primer paso es reconocer y aceptar tus sentimientos de confusión e incertidumbre. Es normal y humano sentirse perdido a veces. Esta aceptación es el primer paso hacia la autorrealización. No confundir aceptación con resignación. La aceptación es una entrega al momento presente, mientras que la resignación es la depresión activa de nuestros instintos en busca de no luchar contra lo que estamos sintiendo, lo que es un autoengaño.

Si estás perdido, piérdete y siéntate en ese sentimiento. Indágalo, busca dentro de ti cuándo apareció y si puedes, viaja a lo más hondo para encontrar la raíz. Bien por llamada interna de algo superior, o porque un día te llevaron a estudiar, trabajar o vivir, una serie de cosas con las que te resignaste, pero no aceptaste, traicionando inocentemente a tu poderoso corazón, algo que nos sucede a menudo.

Cuando somos pequeños, nuestros benditos padres intentan hacer todo lo que pueden para que nosotros avancemos, pero no siempre es lo que necesitamos nosotros, sino lo que ellos necesitan. Nuestro trabajo es detectar esas diferencias cuando tenemos suficiente autoconciencia para hacerlo y así, volver a reescribir nuestra historia con nuevas creencias, nuevos valores y nuevas decisiones.

Conócete a ti mismo

La psicóloga humanista Karen Horney (1950) argumentaba que una relación saludable con nosotros mismos es fundamental para el bienestar psicológico. Esto incluye la auto-observación y el autoanálisis. La verdad es que nos da miedo mirar de frente nuestra sombra y plantarle cara a nuestras emociones. Vivimos en la época de la velocidad y sobreinformación, dónde abres una red social que genera dopamina en cada vídeo que pasas y por un rato, parece que los problemas y preocupaciones no están, pero esto no es disfrutar ni nos sacará de la sensación de estar perdidos.

Te puedes preguntar: ¿Qué es lo que realmente disfruto? ¿Cuáles son mis valores fundamentales? ¿Qué tipo de vida deseo tener? A través de la introspección, puedes descubrir tus pasiones y aspiraciones, que pueden guiarte en tu camino. Realmente, pocas personas pueden afirmar que se conocen, al final somos roles y contextos, pero no podemos definir quienes somos realmente. Lo mismo eres un demonio de jefe, pero un estupendo marido. Quizás eres un cielo con tus amigos y luego a ti te dejas para los restos. Una cosa es lo que somos dependiendo de lo que hacemos y otra, lo que decidimos ser. ¿Sabes que puedes decidir quién quieres ser?.

Vamos a simplificarlo, si te sientes perdido y puedes elegir qué quieres hacer y quién quieres ser, ¿Qué harías?. Si a esta preguntas encuentras opciones y son a largo plazo, te animo a que ahora mismo. Sí, ahora mismo, dejes de leer y te pongas manos a la obra con lo que quieres hacer, sea llamar a alguien que te información, abrirse ese libro, buscar ese curso, etc. ¡Luego vuelve para terminal el artículo!. Si por el contrario sientes que no tienes claro qué hacer, es probable que sea una trampa del ego, pero hay dos caminos posibles. Seguir como estás, pero abierto a las oportunidades de la vida para ver hacia donde ir, o, ver esa misma situación desde una perspectiva mayor, con ayuda de la psicología transpersonal.

Una perspectiva transpersonal: Más allá del ego

La psicología transpersonal nos invita a explorar más allá de nuestra identidad individual o ego para descubrir un sentido de conexión con algo más grande. Algunos pueden llamar a esto espiritualidad, conciencia colectiva, o simplemente la comprensión de que somos parte de un universo más amplio.

Imagina que estás en un bosque denso, rodeado de árboles tan altos que apenas puedes ver el cielo. Te sientes perdido, abrumado. Pero entonces, decides subir a la cima de la montaña que está al lado. Cuesta, te cansas y dudas muchas veces, pero, desde allí, puedes ver todo el bosque, su belleza y complejidad. Te das cuenta de que eres parte de algo más grande, algo hermoso.

De la misma manera, la psicología transpersonal puede ser esa cima de la montaña, ofreciéndonos una visión más amplia de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. Nos ayuda a ver que, aunque podemos sentirnos perdidos, somos parte de una gran tablero y cada movimiento afecta a los demás. Y, en ese entendimiento, podemos encontrar un sentido de propósito y dirección.

A lo mejor, estás cansado de tener que llevar papeles a tu jefe todos los días, pero observas que tu función está haciendo que todo funcione, que esos papeles son la clave de la reunión y de los beneficios de la empresa. Como contaba Will Smith: «Si cada día sales y pones un ladrillo de la mejor forma que puedas hacerlo, en unos meses o años, tendrás el mejor muro del mundo».

Ten presente que tu función es imprescindible para este mundo, por el sencillo hecho de que estás vivo y no hay error en esto. Si estás ahí trabajando, o con esa pareja, o con esa familia, o en esa situación difícil, estás exactamente donde debes estar, pero hay que salir del bosque y subir la montaña para ver todo el paisaje.

Disóciate de aquello que te genera estrés y cuando sientas la suficiente calma, vuelve a la pregunta, ¿Qué harías en esta situación?. Escucha tu corazón.

Recomendaciones Prácticas

  • Acepta tus sentimientos: Antes que nada, permite que tus emociones fluyan. Si te sientes perdido o confundido, no intentes evitar o negar esos sentimientos. Son parte del viaje humano y son la brújula que te orienta hacia tu autoconocimiento. Si te sientes abrumado por la intensidad de tus emociones, puedes escribir en un diario o expresarte a través de otras formas de arte como la pintura o la música. Aceptar la emoción también tiene una etapa de decisión. Está bien sentirse triste, pero no dejes que ello te lleve a estar horas tirado en el sofá.
  • Autodescubrimiento: El autodescubrimiento puede tomar muchas formas. Podrías iniciar un diario para reflexionar sobre tus pensamientos y emociones, sobre tus objetivos en la vida o aquellas cosas que anhelabas cuando eras pequeño. Podrías hacer listas de tus fortalezas, pasiones, y valores para tener una visión más clara de quién eres y qué es importante para ti. Además, actividades como el yoga o la meditación pueden ayudarte a conectarte con tu cuerpo y tu mente en un nivel más profundo.
  • 3. Busca apoyo: No tienes que enfrentar este viaje solo. Si te sientes perdido y no sabes por dónde empezar, considera buscar el apoyo de un profesional. Esto puede proporcionarte las herramientas y orientación necesarias para explorar tus sentimientos y descubrir tu propósito. Puedes escribirme para tener una sesión a este correo: hectorenbio@gmail.com.
  • 4. Prácticas transpersonales: Las prácticas transpersonales, como la meditación, el yoga, las terapias de respiración holotrópica o incluso el contacto con la naturaleza, pueden ayudarte a conectar con tu yo superior y descubrir un propósito más profundo. Piensa en estas prácticas como un telescopio que te permite ver más allá de la superficie, hacia las estrellas de tus deseos y propósitos más profundos.
  • 5. Actúa: Una vez que hayas ganado una comprensión más clara de tus pasiones y objetivos, da el siguiente paso. No tiene que ser un gran salto, los pequeños pasos también cuentan. Si descubres que te encanta la pintura, puedes inscribirte en una clase de arte. Si te das cuenta de que valoras el servicio a los demás, podrías dedicar algunas horas a la semana al voluntariado. La clave es tomar medidas, por pequeñas que sean, en dirección a tu auténtica vida.

Sentirse perdido y cuestionar el propósito de la vida es una parte integral del viaje humano. Aunque puede ser desconcertante, también ofrece la oportunidad de crecer, descubrir nuestros valores más profundos y vivir una vida auténtica y plena. Recuerda, no estás solo en este viaje y hay apoyo disponible.

Libros Recomendados

«El Hombre en Busca de Sentido» de Viktor Frankl: Este libro es una obra maestra de la literatura psicológica. Frankl, un psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, desarrolló la logoterapia, una forma de terapia existencial centrada en la búsqueda de sentido. Su libro combina su experiencia personal con sus conocimientos psicológicos para explorar cómo encontrar sentido en medio del sufrimiento y la adversidad.

«El Camino del Artista» de Julia Cameron: Este libro ofrece una visión humanista de la creatividad y proporciona ejercicios prácticos para el autoconocimiento y la autorrealización. Es particularmente útil para aquellos que se sienten perdidos o bloqueados en su vida creativa.

«La Mente Despierta» del Dalai Lama: Este libro explora la psicología transpersonal y la espiritualidad desde una perspectiva tibetana. Los autores presentan una visión integrada de la psicología, la meditación y la sabiduría oriental, proporcionando herramientas prácticas para el crecimiento personal y el despertar espiritual.

Referencias bibliográficas

  • Grof, S. (1975). Realms of the Human Unconscious: Observations from LSD Research. Viking.
  • Horney, K. (1950). Neurosis and Human Growth: The Struggle Toward Self-Realization. W.W. Norton & Company.
  • May, R. (1953). Man’s Search for Himself. Norton.
  • Rogers, C.R. (1951). Client-Centered Therapy: Its Current Practice, Implications and Theory. Houghton Mifflin.
  • Yalom, I.D. (1980). Existential Psychotherapy. Basic Books.
Configurar cookies