Los terapeutas muchas veces nos ayudamos de técnicas para acompañar al consultante hacia su propia solución, pero en algunos casos, estas técnicas no solo son una forma de entrar en lo más profundo de una persona, sino que también puede proclamarse como una forma de vida.
En este apartado de «técnicas terapéuticas» pretendo compartir con vosotros aquellas formas más sencillas y potentes al mismo tiempo para encontrar la salida que siempre estuvo en nuestro interior.
¿Para qué?
Esta técnica está basada fundamentalmente en encontrar la raíz o la fuente que alimenta un anhelo, un deseo, una acción e incluso un síntoma. En otros post ya hemos visto la importancia de esta pregunta sin embargo, ahora vamos a focalizar nuestra atención hacia nuestro interior. Es importante observar esto ya que estamos acostumbrados a justificarnos, al «Porque». En este caso podemos intentar evadir la raíz cuanto queramos pero tarde o temprano llegaremos hasta el final.
La respuesta del «para qué», está unida a la pregunta: ¿Desde dónde actuamos? Nuestro razonamiento buscará una respuesta donde nos encontremos a gusto, pero pocas veces tendrá algo que ver con la realidad interior.
El funcionamiento es sencillo, se trata de encontrarle el sentido a lo que hacemos cuestionando nuestra acción y nuestra respuesta. Así iremos profundizando en nosotros, puede que nos sintamos incómodos porque estamos entrando en un lugar que nos da miedo, simplemente porque ahí guardamos todo lo que no queremos ver, todo lo que alimenta nuestros conflictos en la vida.
Vamos a poner un ejemplo común:
– Deseo: «Quiero tener dinero».– ¿Desde dónde lo quiero?: Desde el amor de poder compartirlo con mis seres queridos.– ¿Para qué lo quiero?: Para compartirlo. (Aquí comenzamos a profundizar):¿Para qué quiero compartir?: Para que todo el mundo tenga dinero. (Huida hacia el exterior)¿Para qué quiero que todo el mundo tenga dinero?: Para que todos seamos felices (Huida)¿Para que quiero que todos sean felices?: Para que en mi vida halla felicidad (Encaminado)¿Para qué quiero que quiero que en mi vida halla felicidad?: Para no tener problemas.¿Para qué quiero no tener problemas?: Para no sufrir.¿Para qué no quiero sufrir?: Para no tener miedo a morir (Sombra)
Entonces, ¿Desde dónde quiero el dinero?: Desde el miedo a sufrir, no tener dinero y por ello morir.
Fijaos qué diferencia, hemos pasado del amor razonado al miedo y al sufrimiento inconsciente. La raíz que alimenta esta necesidad está en el miedo y el sufrimiento, así no podemos tener dinero nunca, nuestro inconsciente es visceral y no se equivoca: «Si el dinero le hace sufrir será mejor tenerlo lejos».
Una vez encontrada la sombra que alimentaba en este caso el dinero, podemos transformarlo. Se puede usar una carta hacia el dinero, una relajación para transformar lo que sentimos hacia el dinero, un acto de psicomagia…
Esta técnica es fantástica para aprender a entrar en nosotros mismos, para encontrar nuestras sombras, nuestros secretos, etcétera. Para así poder hacerlos conscientes y transformarlos con una nueva mirada que comprende, acepta e integra.
Aclaración sobre el compartir de las técnicas…
Me gustaría dejar claro que esto no significa que no tenemos que acudir a un terapeuta, simplemente es una ayuda para que nosotros mismos aprendamos a ser nuestro propio acompañante, aunque de vez en cuando necesitemos una mirada objetiva hacia nuestro ser.
Digo esto porque creo que un terapeuta tiene que proponer a su consultante un cambio de pensamiento y mostrarle caminos hacia su propio reencuentro. Si un consultante se queda en consultante y un terapeuta en terapeuta, esto no va avanzar nada. Todos somos acompañantes del alma, los unos de los otros y a la vez, de nosotros mismos.