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Psicología y Coherencia

BYPASS ESPIRITUAL

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Dentro del camino llamado «espiritual», algunas veces nos olvidamos de una de las miradas más profundas en este camino: El Desapego. Elevamos esta sensación con miedo, hasta que nos aferramos a lo que nos da la ilusión de estar a salvo, evitando así los momentos de silencio, reflexión o des-aprendizaje.
 
El bypass espiritual se convierte en un refugio más que en una oportunidad de crecimiento. Una salida sutil desde la mente, impregnada de miedo

¿Qué es el Bypass Espiritual?

 
El bypass o evasión espiritual son un conjunto de creencias, frases, pensamientos y prácticas usadas para evitar reconocer nuestro dolor, las experiencias reprimidas y las oportunidades para aprender.
 
Tanto de forma inconsciente como muchas otras veces de manera consciente, huimos de aquello que nos provoca sufrimiento, dolor o mal estar. En la apertura del camino espiritual nos encontramos con lo que reprimimos, lo que nos da miedo, el dolor que guardamos en nuestro interior. Si en esta experiencia intentamos reprimir el miedo que de forma natural podemos sentir al descubrirnos, podemos usar estas creencias o prácticas para evadirnos, por ejemplo:
 
  • Miedo a la rabia y represión del enfado
  • Represión de las emociones
  • Un desapego exagerado
  • Excesivo énfasis por ver el lado positivo
  • Infravaloración de lo personal respecto a lo espiritual

Algunas frases que se pueden decir son:

 
 – «Todo lo que te molesta de alguien también lo tienes tú»
 – «Esto es una ilusión»
 – «Tú también lo haces por eso lo ves en mí»
 – «Puedes juzgarme todo lo que quieras, estoy en otro nivel de conciencia»
 – «No tengo miedo, me da respeto hablar de mi infancia»
 
De forma general en muchos casos la persona evita hablar de sí mismo, así se evade y comienza a hablar de los demás.
 
El Bypass Espiritual guarda en su propia realización, la necesidad personal de una apertura a todo lo que evita. Ya son muchos los maestros y sabios que han sido etiquetados de iluminados y luego caían desde lo más alto de la nube, encontrándose con un sutil bypass espiritual.
 
Tal vez hay muchos conceptos que aumentan en exceso el camino espiritual. La espiritualidad no es un intenso y profundo Nirvana o un subidón de paz interior. La espiritualidad es un camino emocional, profundo e interior, un despertar de la llama que arde en cada uno de nosotros, una llama que nos regala la luz y el calor para contemplar y experimentar la consciencia que nace en nosotros.
 
 
La espiritualidad es coherencia emocional, una comunión entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Cuando esta incoherencia está dispersa y se evitan caminar senderos, podemos estar en esta evasión espiritual y aun así, después nos sentimos culpables y nos machacamos con los «debería» y «tengo que»:
 
 
  • «No debería mostrarme enfadado»
  • «Debería ser más cariñoso y abierto»
  • «Debería de ayudar más»
  • «Tengo que trabajar más duro»
  • «Tengo que aceptar todo lo que venga»

Los «debería» y los «tengo que», nos hacen juzgar la vida y sobre todo a nosotros mismos desde una visión auto-degradante. Empezamos a ver lo que es bueno y malo, espiritual o no, alejándonos de nuevo del profundo sentido de la espiritualidad, la que comprende que todo sendero contribuye a la conciencia y al despertar.

Hasta aquí, podemos resumir que la principal causa del bypass espiritual es el miedo al dolor y cuanto más lo reprimimos o lo evitamos, más oscuro de vuelve. Por si fuera poco, también esperamos a que el dolor se valla sólo y lo dramatizamos, comenzando así a sufrir. 
 
Dejemos la frase de: «Para sanar cualquier dolor, primero tenemos que entrar en él» Si caminamos con el dolor, nos dejamos sentir en él, expresamos y tomamos conciencia de él, automáticamente se hace más liviano, llegando a poder ser libres a través del dolor que intentábamos reprimir y luego, vemos que era más grande el miedo y la ilusión de este, que el propio dolor.
 
Me gustaría subrayar que cuando hablo de «dolor», me refiero a aquello que preferimos no ver y sentir, lo que decidimos reprimir, desde una experiencia hasta un pensamiento.
 
 
«Toda experiencia es una oportunidad de crecimiento»
 
 

¿Cómo afrontar el Bypass Espiritual?

 
Como hemos visto, la evasión espiritual son un conjunto de creencias y actitudes para no enfrentar nuestro dolor. Es como negar nuestro «lado oscuro».
 
En muchas ocasiones, el bypass espiritual se da en los senderos que luchan contra el ego y desean fervientemente erradicarlo. Uno de los primeros movimientos puede ser contemplar el ego como otra oportunidad más para aprender e integrar en nuestro ser.
 
Dentro de la evasión del dolor, se encuentra una evasión más sutil: Evitar reconocer nuestra vulnerabilidad, es decir, nuestra corporalidad humana, nuestra infancia, nuestra inocencia, etcétera. Vemos la vulnerabilidad como debilidad y nada tiene que ver. Contemplamos esto de manera negativa y al mismo tiempo, cogemos una posición negativa ante nuestra negatividad, entrando de nuevo en el bypass de represión emocional.
 
Tenemos un concepto de emociones positivas y emociones negativas, pero esto no es más que desde donde nos apetece mirar, ya que las emociones sencillamente son procesos biológicos, ni son buenas ni son malas, la pregunta es ¿Cómo decido reaccionar ante la emoción?
 
La rabia, el miedo, el asco… las tachamos de negativas, tal vez porque nos dan miedo expresarlas y no nos permitimos sentirlas, pero sin embargo todos las sentimos. El conflicto llega cuando tenemos miedo de la rabia, miedo del miedo, asco de la rabia, rabia de tener miedo… Y esto, que comienza como una pequeña bola de nieve, va girando y girando, hasta que se hace incontrolable, surgen momentos de ira, depresión, estrés, enfermedades… No son las emociones, es lo que decidimos hacer con las emociones lo que nos lleva a callejones oscuros, de aquí la gran necesidad de abordar el Bypass Espiritual.
 
Otro movimiento que podemos realizar, es comprender qué significa compasión y lástima, dos cosas muy distintas. La compasión te habla de humildad, de la comprensión del miedo o el sufrimiento que puede estar sintiendo el otro ser humano y la necesidad de respetar su proceso, pero cuidado con una compasión ciega, ésta se vuelve miedosa y actúa con una exagerada afectividad por miedo a la confrontación. La lástima nace del miedo al sufrimiento, una pena que intenta mantener lejos el dolor.
 
Por último, quiero compartir con vosotros una pincelada de mi experiencia personal. Para darme cuenta de que vivía en un bypass espiritual, en una zona de confort, me di cuenta de que cuando escuchaba, mi mente no paraba de «cargar» respuestas rápidas, lógicas e inteligentes para «contra atacar». Un día me puse a observar los movimientos de mi mente y entonces, esta se comenzó a calmar, poco a poco las creencias, los conceptos, la actitud… todo era efímero, inexistente sin mi atención. Ahí, comencé a sentir una sensación incómoda en el pecho, me sentía triste y emocionado, pero seguía en ese testigo, alejado de toda explicación, hasta que, como un flash, llegó a mi mente un recuerdo de mi vida, donde había dolor. 
 
Desde que me atreví y me permití abrirme a sentir, cada vez que estoy hablando con alguien, siento la misma sensación, pero ya no es incómoda, ahora es como el recuerdo de que puedo elegir, huir de lo que la vida me regala, o aceptarlo y usarlo para seguir caminando.

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