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Psicología y Coherencia

COMO TENER UNA MENTE CONSCIENTE

La tener una mente consciente es un complejo proceso cognitivo e intelectual que culmina en la expresión de nuestra individualidad. Aunque todos compartimos procesos neuronales similares, como la sinapsis y la comunicación celular, la expresión de la mente depende de un factor esencial: la conciencia. Cada mente es única, creando una realidad que se diferencia de las demás.

La conciencia: El testigo silencioso de nuestra existencia

Nuestra conciencia se define como la capacidad de discernir entre la verdadera realidad y la ilusión, el bien y el mal. La conciencia es lo que somos en esencia, un observador que ve la proyección de nuestra historia personal en el vasto cine de la vida. En esta interacción dinámica, la conciencia es la película que se proyecta y la mente es el proyector.

Conciencia y mente: Dos polaridades de un todo

En nuestra experiencia de vida, la conciencia y la mente coexisten, ambas son polaridades de un todo. Sin embargo, la percepción subjetiva de nuestra mente a menudo oscurece nuestra conciencia. Somos víctimas de nuestras experiencias culturales y personales que determinan nuestras nociones de bien y mal. El desafío es reconocer que ser consciente también implica separar lo real de lo ilusorio.

La conciencia se puede considerar como una entidad omnipresente, inocente y amorosa, mientras que la mente representa nuestro ego, una entidad temporal y temerosa que se siente separada del mundo. Nuestra mente, a través de sus lentes de interpretación, a menudo proyecta una realidad que no existe, pues está fuertemente basada en experiencias subjetivas y sesgadas.

Ken Wilber, un renombrado escritor y defensor de la psicología transpersonal, introduce el concepto de «trans-conciencia», la habilidad para trascender nuestra propia conciencia y operar desde un estado de conciencia superior. En este estado, la mente se convierte en una herramienta de la conciencia.

Nuestra mente: Un espejo de percepciones

Cuando te miras al espejo, ves tu cuerpo físico, pero no puedes ver los valores, la personalidad y las creencias que componen tu ser. Estos atributos residen en tu mente y forman parte de tu percepción inconsciente, creada a través de tus experiencias pasadas. Cuando te ves en el espejo, ¿realmente te ves a ti mismo o ves los conceptos que tienes sobre ti mismo?

Ser consciente de nuestra propia condición como ser consciente proporciona una perspectiva única, que no se limita a la mera interpretación de la vida. Al ser conscientes de esta percepción superior, podemos trascender el parloteo constante de nuestra mente y abrirnos a una comprensión más profunda de nuestra existencia.

El poder de la mente consciente

Cuando somos conscientes de nuestra propia conciencia, la mente no puede dominar. Una persona consciente tiene el poder de elegir entre seguir a la mente o al corazón en cada instante. Al desarrollar este nivel de conciencia, podemos vivir la vida que realmente queremos, potenciar nuestras fortalezas, cambiar los aspectos que nos limitan y cultivar relaciones más sinceras y honestas.

Como tener una Mente Consciente

La psicología humanista y transpersonal nos ofrece herramientas poderosas para explorar y entender nuestra mente y conciencia. Al estar conscientes de nuestra propia conciencia, podemos trascender el dominio de la mente y actuar desde un lugar de amor, inocencia y paz.

  1. Autoobservación: Dedica tiempo a observarte a ti mismo, tus pensamientos, emociones y acciones.
  2. Práctica de la atención plena: La meditación y la atención plena pueden ayudarte a desarrollar una mayor conciencia de tus procesos mentales.
  3. Autoindagación: Cuestiona tus propias creencias y patrones de pensamiento. ¿Son realmente tuyos o son producto de la influencia cultural y social?
  4. Educación emocional: Aprende a manejar tus emociones de manera saludable. Identifica tus emociones y expresa de manera adecuada cómo te sientes.

Libros Recomendados

Referencias

  • Wilber, K. (1996). The Atman Project: A Transpersonal View of Human Development. Quest Books.
  • Rogers, C. (1951). Client-Centered Therapy: Its Current Practice, Implications, and Theory. Houghton Mifflin.
  • Maslow, A. (1954). Motivation and Personality. Harper.
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